Parece que los días de otoño se van acercando y, dentro de pocos meses, veremos en los mercados y plazas de toda Galicia estas verduras de color verde oscuro que conocemos popularmente como “grelos” y que son todo un clásico de nuestra gastromía (incluso están catalogados con la marca de calidad IGP o Indicación Geográfica Protegida).

Los grelos proceden del nabo (Brassica napus y Brassica rapa) y son los tallos tiernos que brotan de la planta justo antes de su floración (si se dejasen madurar durante más tiempo, se volverían leñosos y difíciles de cocinar).

Normalmente se plantan en verano, y son recolectados desde el mes de enero a marzo. No deben confundirse por lo tanto con las nabizas, que son las primeras hojas de la planta y aparecen entre los meses de octubre y diciembre. Estas últimas tienen un sabor más suave mientras que el de los grelos es más fuerte y peculiar, difícilmente comparable al de otras verduras que consumimos de forma habitual.

Si compramos grelos frescos debemos fijarnos siempre en que sus hojas estén verdes (no marchitas), brillantes y sin manchas. Es mejor prepararlos pronto ya que son bastante delicados, pero pueden conservarse dos o tres días en la nevera envueltos en papel de periódico o en una bolsa de plástico perforada.

Antes de cocinarlos, tenemos que seleccionar las hojas, apartando aquellas que veamos más amarillas y secas. Después los lavaremos unas cuantas veces en un recipiente con agua templada, haciendo fricción con las manos para retirar parte de las asperezas.

Propiedades saludables de los grelos

Si vives fuera de Galicia, es posible que no veas muy a menudo esta verdura y te cueste encontrar grelos frescos en tu mercado habitual. Por suerte, hoy son varias las empresas que los comercializan en conservas (muy aceptables en cuanto a sabor y textura).

No es de extrañar, dado que cada día se descubren nuevas virtudes en los grelos y nabizas que los convierten en un tesoro para nuestra salud:

* Los Investigadores del Consejo Superior de Investigadores Científicas (CSIC) han revelado que esta verdura tiene una alta concentración en glucosinolatos e isotiocianatos, siendo muy valiosos para prevenir ciertos tipos de cáncer.

* Son ricos en proteínas y vitaminas A, E y C y fuente de minerales como el hierro, potasio y calcio (1500 mg./100 gramos).

* Tienen un elevado contenido en fibra, indispensable en las funciones gratro-intestinales.

* Por último, los grelos poseen gran cantidad de fenólicos, un tipo de antioxidantes que contribuye a neutralizar la actividad de los radicales libres, protegiendo nuestra salud cardiovascular.

Ninguna de estas propiedades se ve alterada o desaparece al cocinar los grelos.

Esto no quiere decir que todas las recetas típicas de Galicia que incluyen grelos sean buenas para nuestra salud. Nos referimos al tradicional lacón con grelos (toda una tradición en carnavales) o al caldo de nabizas. Ambos incorporan muchos embutidos y dosis nefastas de grasa para nuestras arterias (sobre todo si llevan unto). Por otra parte, ningún tipo de tradición debería justificar la crueldad animal (tampoco las gastronómicas).

Te animamos a que disfrutes de la verdura más emblemática de las huertas gallegas incorporándola a tus menús veganos.

Nuestro plato recomendado: Croquetas de Grelos a la nuez moscada.

Elaboradas con ingredientes 100% vegetales (sin huevos ni lácteos): harina de trigo (gluten), leche de avena, almidón de maíz, aceite de oliva virgen extra, grelos, vino blanco (sulfitos), ajo, sal marina y especias (nuez moscada, pimienta negra, pimentón dulce), vinagre (sulfitos).

Nuestras croquetas de grelos son el entrante ideal para tus menús diarios, para un cattering o para incluir en el menú vegano de tu restaurante/ local.

Su sabor suave y su textura cremosa, hacen que sean muy apetecibles incluso para aquellas personas que rechazan el toque amargo de los grelos en guisos y ensaladas.

¡Te encantarán!

Fuente: La Voz de Galicia